CILLAR DE SILOS.

Siguiendo la senda de el Gran trabajo realizado por la admirada y creadora de este Blog Berta´s Moments, os deseamos a todos felices fiestas y NOS VEMOS EN LOS BARES . Cuando en la famoserrima obra de Shakespeare el actor coge la calavera y se plantea si ser o no ser y si esa es la cuestión... siempre pienso qué tal vez esa cuestión sería más fácil de responder si en lugar de un cráneo, sujetará una buena copa de vino y, aprovechando que tiene la mano en alto brindada por lo que somos y no somos, por los que están y los que no, por los que escuchan, por los que hablan, por los que se aburren a mitad del texto y por los que se divierten. Seguro que antes de bajar el telón el público  estaría en pie, aplaudiendo con una mano y gritando al unísono: Salud!

Y que es mejor que comenzar este post esta cata de ideas, reflexiones y pensamientos que contándote mi experiencia en la visita que hice recientemente a una de las mejores bodegas de Burgos como es Cillar de Silos y  Dominio del Pidió... afirmando rotundamente que el saber (un poco más) ocupa una copa de vino, porque ¡cuánto habremos aprendido en uno de esos maridajes perfectamente improvisados de palabras, buena compañía y vino en cualquier lugar!

Fue gracias a él tiempo que nos llenó aquellas dos copas de vino por lo que me decanté por fin a conocer esta bodega familiar, que tan cerca está de Aranda de Duero y a la que tantísimas ganas tenia.

Te cuento que la bodega Cillar de silos se remonta al año 1970 cuando Amalio Aragón comienza a adquirir pequeñas parcelas en Quintana del Pidio con la ilusión y la esperanza de algún día elaborar allí su propio vino, cosa que así sucede tras años de trabajo, esfuerzo y amor por el vino, fundando en 1994 juntos sus hijos, su propia bodega, siendo la primera cosecha de 1995. 
Actualmente tres de los hijos de Amalio se encuentran al frente de la bodega, orgullosos de sus viñas situadas en laderas y arropadas por bosques y de la pasión por la tierra fértil, teniendo en cuenta una variedad que se sitúa entre las más reputadas del mundo: la tempranillo.

La primera vez que visito una bodega, (por muchas que haya visto) siempre es única. Fue hace una semanas en Quintana del Pidio. El cielo estaba entre nubes y claros, aunque al final salió el solete, mis manos estaban un poco frías. El suelo de tierra mareada bajo mis zapatos hacía que me sintiera ligera. Las filas de viñedos me abrían las ramas como si fueran brazos mostrándome coquetas sus últimos racimos de uva tras la vendimia y yo, como una tonta, sonreía como si me hicieran cosquillas en el estómago cada vez que pasaba entre ellas.

Llegamos en buen momento con el coqueteo de la vendimia casi apunto de terminar. Recoger la uva, ver cómo es el proceso de desgranado y selección, fermentado, embotellado, almacenamiento y todo el trabajo de transformación que tiene esa magia de la viña, a la mesa.

El vino de los hermanos Aragón me encanta por su estilo equilibrado, en boca son redondos y con presencia muy amaderara de la madera de roble francés, además quiero destacar la buena relación calidad precio de la mayoría de piquetas y la personalidad diferenciada de los vinos de parcela. También se elabora un original, curioso y muy recomendable vermú de tempranillo que cualquiera de los que me conocéis sabéis que me rechifla que se llama golfo.
Mis favoritos de Cillar de Silos arrancan con un que la gama alta integrada por Torresilo, una selección de viñedos viejos de suelos arcillosos y los tintos de pago Flor de Silos, procedentes de una parcela que está 900 m sobre suelo arenoso con guijarros, un vino muy elegante y con una fina textura.
La viña de Amalio es un homenaje en toda regla al padre se realiza a partir de una parcela plantada por él en 1964 en suelo de arena y arcilla. Es un vino algo más terroso y racial, que a mí particularmente me gusta mucho más precisamente por ese potencial.
También hay un Cillar blanco de Silos de perfil muy fresco y vertical con albillo fermentado en tanque de acero inoxidable y con un 15 % del vino criado en barrica de 500 litros, súper sabroso.


Aprovechar do que la mañana se quedó más bonita de lo que pensábamos, prolongamos la visita 


Aunque no sepas en absoluto como tienen que dar en el paladar estos vinos, si quedan mejor con el queso o con su boca, no te preocupes en ningún caso si el tinto va con la carne y el blanco con el pescado, ni tan siquiera si el aroma que desprenden te lleva una barrica o un campo de flores. Al comprar cada botella de Cillar de Silos de dominio del vídeo solo quiero saber de dónde vienen para descubrir a donde me van a llevar las conversaciones alrededor de sus copas. Porque en realidad si sabes disfrutarlo ya sabes todo lo que hay que saber.
Las ideas maridan con el vino como el queso y por eso estoy orgullosa de descorchar esta serie de Post con una copa de vino denominación de origen Ribera del Duero en la mano.

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