LA TRAMOYA. SILKEN. BURGOS.
Si me preguntas así a bocajarro que llevo en el bolso, te diré que no tengo ni idea. No sé en qué momento de mi vida pasó de accesorio chic a “despensa portátil”, una especie de armario de los porsiacaso, un pozo sin fondo, el baúl de la Piquer... llámalo X, incluso un Mery Poppins en toda regla. He llegado a acumular allí dentro sin que me pesen, cientos y cientos de restaurantes, bares, bodegas, vinos, tascas, vinotecas, yo que se la de lugares.
Llevaba ya algún tiempo con muchas ganas de hablarte nuevamente de uno de mis restaurantes favoritos de Burgos, ese restaurante que es mi niña bonita y que todos tenemos, un restaurante en el intervienen varios factores para que se haya convertido en uno de mis lugares 🔝 que recomiendo a diestro y siniestro.
Te imaginas disfrutando de un “momento gastro”en el restaurante de un hotel, en tu propia ciudad?
Este restaurante me lo descubrío un gran amigo y me conquistó tras cruzar su puerta giratoria desde el primer momento por su agradable y moderno comedor situado a pie de calle con su agradable luz natural, la exquisita amabilidad y servicio por parte de todo el equipo capitaneado por Ana de Pedro magnífica profesional, mejor persona y por supuesto por su atractiva cocina, basado en productazos de temporada, de esos con sabor de verdad.
Si te entra mono de cocina de la buena, quieres darte un homenaje, o quedar tan ricamente y sorprender a tú persona favorita o amiguis, no te olvides reservar y apuntate a su menú ejecutivo porque seguro te va a sorprender tanto como a mí!
... se puede elegir un “entrante” entre cinco propuestas a cada cual más sugerente, como por ejemplo una ensalada griega de tofu, noodles de arroz salteados con verduritas y salsa Teriyaki o si prefieres algo más clásico un revuelto de setas y ajetes, alcachofas confitadas y polvo de cecina, crema castellana acompañada de huevo a baja temperatura y tosta especiada o una lasaña de morcilla con manzana y frutos secos.
Para el pase principal puedes elegir entre seis platos distintos entre los que siempre puedes contar con tres “pescados“: como lubina a la plancha con falsor risotto de langostinos, mejillones roca y salsa americana, bacalao con escalivada de verduras y emulsión de ajo negro, o los dados de salmón crujientes con ajo blanco de coco y mango en textura, dos “carnes”: solomillo de cerdo a las finas hierbas, sobre trigo tierno y el taco mexicano de carrillera, guacamole, pico de gallo y encurtidos, más un plato de “ave”: confit de pato al horno, cama de piña picante y demiglace, esto son un pequeño ejemplo de los suculentos y generosos platos de los que pude gozar la última vez que estuve en el restaurante La Tramoya.
De veras, que su cocina me parece muy atractiva porque habitualmente hacen guiños a cocinas internacionales como la asiática, la americana y también a la vegetariana, con emplatados visuales, sabores ciertamente exóticos y originales, donde disfrutar tan ricamente tú con tu señor paladar!
Todo ello con pan y vino (roble, pero muy correcto) a “discreción“, vamos el que cada uno necesite 😉... ahhhh y los viernes por la noche sube unos pocos euros, pero hay doble aperitivo y se añade vino crianza y chupito!
Y estamos de enhorabuena porque en cuanto salgamos de este “confitamiento” casero, si todo va bien, abrirá sus puertas en cuando el verano empieza a insinuarse... de mayo a septiembre volveremos a disfrutar del cielo azul de Burgos y de este rincón encantador en las alturas para tomarnos unas cerves, unos copazos o unos ricos cócteles con sabor a verano, tú mandas!
Volveremos a terracear y vivir en libertad.
Te aseguro que en mi bolso no pasaríamos hambre, ni sed!
El “truco” está en hacer que me quepan en mi móvil los restaurantes, que he visitado y que de vez en cuando recuerdo gracias a los posts o vídeos publicados, ojeando (de nuevo) magníficos caldos, deliciosos y sorprendentes platos e incluso apuntándome referencias de vinos, lugares a los que tengo mogollón de ganas de hincar el diente, conocer lugares nuevos (por lo menos para mi), o simplemente volver a sitios donde siempre me siento de maravilla.
Ya sabes que todo este contenido que voy recopilando en mi blog Bertas Moments’s me gusta compartirlo contigo, para darte alguna idea, aportar algún descubrimiento gastro, que luego tú mismo disfrutes y opines, o simplemente para entretenerte.
Y es que qué duda cabe, que la gastronomía está en lo más alto, todos los niños quieren ser cocineros de mayor, la televisión está plagada de programas de cocina, las librerías repletas de libros gastronómicos, de coctelería, hábitos alimenticios. Cada día se abre un súper restaurante o un Gastrobar muy cool en cualquier ciudad de España, así que citando a Love Actually: -(El amor)- La gastronomía está en todas partes.
Tal es así que el mundo gastronómico ha llegado incluso a los hoteles, hasta ahora el servicio esencial de un hotel ha sido el alojamiento, pero hay amigo, ahora... la “revolución foodie” de los hoteles no vive ajena a la revolución gastronómica que azota la ciudad y lleva años poniéndose guapa para ofrecernos una imagen más moderna accesible a todos los públicos y ofreciendo comida de calidad.
Llevaba ya algún tiempo con muchas ganas de hablarte nuevamente de uno de mis restaurantes favoritos de Burgos, ese restaurante que es mi niña bonita y que todos tenemos, un restaurante en el intervienen varios factores para que se haya convertido en uno de mis lugares 🔝 que recomiendo a diestro y siniestro.
El lugar que nunca me falla, que siempre me sorprende y el que sale en todas mis listas de primeros planes cuando quiero acertar.
Te imaginas disfrutando de un “momento gastro”en el restaurante de un hotel, en tu propia ciudad?
Si, el restaurante LA TRAMOYA habla de historia y tablas, las del recordado Gran Teatro donde se asienta hoy el Hotel Silken **** estrellas, en la Avenida de la Arlanzón, 8.
Este restaurante me lo descubrío un gran amigo y me conquistó tras cruzar su puerta giratoria desde el primer momento por su agradable y moderno comedor situado a pie de calle con su agradable luz natural, la exquisita amabilidad y servicio por parte de todo el equipo capitaneado por Ana de Pedro magnífica profesional, mejor persona y por supuesto por su atractiva cocina, basado en productazos de temporada, de esos con sabor de verdad.
Si te entra mono de cocina de la buena, quieres darte un homenaje, o quedar tan ricamente y sorprender a tú persona favorita o amiguis, no te olvides reservar y apuntate a su menú ejecutivo porque seguro te va a sorprender tanto como a mí!
Aproximadamente cada dos o tres semanas, van cambiando su menú del que puedes disfrutar de lunes a viernes para comer y cenar; un menú que habla de una cocina de mercado, tradicional, donde la materia prima es la reina indiscutible de la casa, en la que salen a escena innovadoras propuestas todas ellas con un perfecto equilibrio entre el clasicismo, la cocina de autor y la vanguardia culinaria, platos y emplatados perfectos, como dios manda!
Además del aperitivo “sorpresa”...
... se puede elegir un “entrante” entre cinco propuestas a cada cual más sugerente, como por ejemplo una ensalada griega de tofu, noodles de arroz salteados con verduritas y salsa Teriyaki o si prefieres algo más clásico un revuelto de setas y ajetes, alcachofas confitadas y polvo de cecina, crema castellana acompañada de huevo a baja temperatura y tosta especiada o una lasaña de morcilla con manzana y frutos secos.
Para el pase principal puedes elegir entre seis platos distintos entre los que siempre puedes contar con tres “pescados“: como lubina a la plancha con falsor risotto de langostinos, mejillones roca y salsa americana, bacalao con escalivada de verduras y emulsión de ajo negro, o los dados de salmón crujientes con ajo blanco de coco y mango en textura, dos “carnes”: solomillo de cerdo a las finas hierbas, sobre trigo tierno y el taco mexicano de carrillera, guacamole, pico de gallo y encurtidos, más un plato de “ave”: confit de pato al horno, cama de piña picante y demiglace, esto son un pequeño ejemplo de los suculentos y generosos platos de los que pude gozar la última vez que estuve en el restaurante La Tramoya.
De veras, que su cocina me parece muy atractiva porque habitualmente hacen guiños a cocinas internacionales como la asiática, la americana y también a la vegetariana, con emplatados visuales, sabores ciertamente exóticos y originales, donde disfrutar tan ricamente tú con tu señor paladar!
Además...ojo porque cuentan con un menú dietético (en el que los platos vienen marcados en verde), así que no tienes excusa alguna!
Justo antes de bajar el telón y poner el broche final, el momento dulzón lo protagonizan (como ejemplo de nuevo) una selección de frutas naturales, un sorbete al vino espumoso, flan de calabaza, toffe y quenelle de helado, falso arroz con leche de cereza y tierra de galletas o para los más golosones el browne templado con sopa de naranja y su helado, por supuesto todo casero, donde lo complicado es elegir solo uno!
El postre por cierto, lo puedes intercambiar por el café, pero te recomiendo que no te los pierdas.
Todo ello con pan y vino (roble, pero muy correcto) a “discreción“, vamos el que cada uno necesite 😉... ahhhh y los viernes por la noche sube unos pocos euros, pero hay doble aperitivo y se añade vino crianza y chupito!
Aunque he de añadir, señoritos y señoritas que esto no acaba aquí porque si hay algo que me gusta (además) especialmente de este lugar, es su espectacular espacio del que se puede disfrutar en la última planta del hotel Silken...una maravilla de terraza panorámica, Sky Bar Silken, que te va a hacer brillar los likes de Instagram por sus vistas!
Y estamos de enhorabuena porque en cuanto salgamos de este “confitamiento” casero, si todo va bien, abrirá sus puertas en cuando el verano empieza a insinuarse... de mayo a septiembre volveremos a disfrutar del cielo azul de Burgos y de este rincón encantador en las alturas para tomarnos unas cerves, unos copazos o unos ricos cócteles con sabor a verano, tú mandas!
Volveremos a terracear y vivir en libertad.
Está claro que se puede vivir y gozar sin gastar excesivamente comiendo de escándalo, en un sitio altamente recomendable como es el restaurante La Tramoya, que además de encontrarse cómodamente en pleno centro de Burgos, todo esta para repetir, ¡palabra!
A que mola ser “turista” en tu propia cuidad?
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