EL CUENCO DORADO. BURGOS.

Los disfrutones como tú y como yo tenemos un pretexto para sonreír de papila a papila gustativa en cualquier época del año, incluso en invierno: un cocido glorioso de esos que prepara tu mamá, una cena calentita y apetecible junto a la chimenea, una taza de chocolate, de té matcha caliente o ¿por qué no? un delicioso ramen calentito.

Si todavía no te has “bautizado” en esta tendencia foodie, qué mejor momento para que lo hagas ya mismo y además estrenes nuevo local en Burgos, siiii... has leído bien.
Un local súper mono cuyo nombre es El Cuenco Dorado situado en un marco incomparable ante una de las mejores vistas en Burgos de la catedral, y gozar descubriendo el ramen, el plato nipón de moda.
Tu instinto Foodie ya está encendido? vámonos!



Psssst! Antes de empezar, breve lección foodie: el ramen es un plato japo relativamente moderno nacido de la fusión con la cultura gastronómica china, sí, sí, ¡como lo lees! y que incluye de forma básica caldo, fideos de trigo y distintos ingredientes.
La gran diferencia entre un ramen y una sopa china está en su caldo, elaborado con infinito mimo y a veces, durante días porque saben hacerlo como dios manda. Un caldo de ramen puede hacerse a base de carne, pescado o vegetales y puede ser frío o caliente (el más común).
Además, el ramen incluye otros ingredientes a gusto de cada chef como carne, pescados o mariscos, vegetales, especias y aliños varios soja, curry... Ahora que ya te has licenciado en ramen, tienes permiso para seguir leyendo :)

Si, El Cuenco Dorado acaba de abrir en la calle Fernán González 48 y ya lo está petando, lo encontrarás rápidamente, no tiene pérdida... es la de la puerta azulona de madera, que da buenas vibraciones!



Y es que esta taberna japochina es un nuevo espacio que ha cambiado los aires del anterior local adaptando una personalidad propia a chorros, con un rollo más street food.
Como ellos mismos denominan el espacio de El Cuenco Dorado... “es un patio secreto”, al que llegamos cruzando una taberna, un escondite inspirado en la tradición para disfrutar de lo mejor de la calle japonesa y china”. 



Un espacio que te va a transportar a Asía de cabeza y con un ramen que te lleva al cielo y más allá.

En el local (antiguo Mesón El Peregrino), han hecho un gran lavado de cara pero con la esencia de Japón sin llenarlo de bandoleras niponas, mediante sutiles y divertidos detalles en el mobiliario...



Me chifla porque conserva las vigas originales de madera, las paredes de piedra lo que hace sea más acogedor y auténtico, a la par que gamberrete y divertido. 



Se divide en dos zonas: una barra a la entrada con unas poquitas mesas, una cocina vista... 



... con la que quieren dar ese punto desenfadado y especial al local, inspirado en una de esas archiconocidas calles de comida callejera asiática (street foods), o en los bulliciosos dai pai dong (puestos de comida callejera) tan legendarios, que sirve de enlace con el comedor principal... ojo con los detalles tan ideales que inundan la estancia, pero sin agobiar.






Aquí, en El Cuenco Dorado, vas a encontrar cocina tradicional japochina, un concepto de bar de tapas calientes y frías que teniendo una base oriental, son sabores reconocibles tipo izakayas, queriendo llevar la comida oriental a un plano callejero, traer el Street Food a Burgos mediante las tapas, los yakisobas y por supuesto los diferentes ramen con los que cuentan en su carta.

Su cocina se basa en técnica, producto y sobre todo en unas fantásticas salsas y fondos de elaboración propia que variarán según la temporalidad e inspiración de los chefs chino y japonés que están al mando de la cocina.

Te cuento que de lunes a viernes a mediodía en El Cuenco Dorado puedes disfrutar de un menú diario a base de una izakaya, un cuenco o yakisoba, más tu bebida y postre. 



Además puedes elegir comer a la carta donde puedes hacer una comida más informal para entregarte al picoteo y al bebercio, sin límites y sin pretensiones, olvídate de refinados sushis, lo mejor es pedir varios platos para compartir entre otros comensales y así poder probar distintos sabores.

Aquí podrás catar desde las clásicas habas Edame -perfectas para ir abriendo boca con una cerve-  con tapitas míticas como los takoyaki (bolitas de masa rellenas de pulpo y fritas...¡mmmm!) o los chicken kara  (pollo marinado crujiente al estilo japonés), diferentes gyozas de pollo, pato, langostino o manzana y los langostinos panko o en tempura.
Si te apetece algo un poquito más ligero puedes probar con la ensalada de calamares y verduras estilo japonés.



Pasando por platos más contundentes como los típicos Yakisobas de ternera, pollo o vegetales que me flipan... que son salteados a base de tallarines fritos (producidos a partir de harina de trigo), originarios de China pero que hoy en día están integrados enteramente la cocina japonesa.
Yo probé el yakisoba vegetal y el yakisoba de ternera, un salteado a base de ternera guisada salsa teriyaki, setas, brócoli, cebolleta, espárragos trigueros, zanahoria, pimiento rojo y verde, ñam choi que es una variedad de la col china y sésamo que es el que te recomiendo especialmente por su saborazo que me conquistó desde el primer momento.



Okonomiyaki o tortilla japonesa, aunque algunos incluso se atreven a llamarlo pizza japonesa, se trata de una sencilla masa de trigo, con huevo y varios ingredientes integrados cocinada a la plancha, cubierta de  una salsa tipo mayonesa “japonesa” y alga nori en polvo, así como katsuobushi que son unas láminas de bonito seco deshidratado.



No había probado nunca este plato y me encantó por su originalidad, por su textura con cuerpo pero no demasiado para que no resulte pesado y su saborazo que en un momento dado... no sabes ni a qué te sabe realmente, pero que está súper rico y parece que está vivo!
Te recomiendo que lo pruebes y lo compartas, un porque considero que no está diseñado para comérse uno entero.

Entramos en territorio rAMEN (cuencos, como aquí los denominan) o sopas japonesas la estrella de la carta, sin duda!
Superior el Ramen tonkorufa fideos ramen, chashu (jugosas tiernas y sabrosas lonchas de panceta de cerdo marinado), medio huevo pochado, láminas de bambú, menma (condimento japonés hecho de brotes de bambú fermentados) , verduras con caldo de cerdo y pollo con la salsa especial de soja, aceite de trufa y trufa negra. 



Sin duda un plato perfecto para un día frío burgalés y de lo mejorcito de la carta por su increíble sabor, pura gloria liquida. Estos ramen señoritas y señoritos están de muerte, con un saborazo digno de esa yaya nipona que nunca tuviste y siempre soñaste.
Ahora, prueba a comerlo sin derramar ni una gota, deberían declararlo deporte olímpico, ji, ji, ji. Que tiemblen las existencias de ”cebralin”... pero yo a lo mío, con calma, palillo a palillo, sorbo a sorbo, disfruté como una enana.



Por cierto, en las izakayas, no suele haber postres, los japoneses prefieren acabar con sake, pero aquí vas a encontrar algún dulce típico japonés como los míticos dorayaki o mochi (un pastel japoneses hecho de mochigome, un pequeño grano de arroz glutinoso) los que le flipaban a Doraemon, si!



Mi favorito es el dorayaki, el típico dulce japonés con dos bizcochos de forma redonda rellenos generalmente de anko, que es una pasta de judías dulces, pero yo los pedí rellenos de chocolate y de te.



Aviso: veganos y vegetarianos, aquí también hay un ramen y variedad de platos para vosotros, entrad y preguntad, aunque el ramen y toda la cocina japochina, en mi opinión, es una comida tan equilibrada, nutritiva y fácil de digerir en todas sus formas y variantes de elaboración que merece la pena consumir y disfrutar de cualquier manera con o sin carne 😅.



Eso si, no te olvides de acompañar tu comida o cena con abundante cerveza japonesa de las que puedes elegir entre varias opciones con los que cuentan en su carta y sake... de hecho te saldrá mejor de precio que si pides una copa de vino que me parece excesivo por copa!



La experiencia realmente es mejor vivirla que leerla, así que desde aquí te animo. Y si de pronto tienes un antojo irrefrenable de ramen sal ahora mismo la calle y busca El Cuenco Dorado. Porque esta nueva taberna inspirada en el Street Food nipón es la causante de que el Ramen o cocido japonés, se haya convertido en uno de los atractivos culinarios de Burgos, un agradable rincón donde es posible probar una comida oriental muy diferente al sushi.



Todo está buenísimo y el local es bien mono, like, like, like!
*Pd: acaban de abrir y si sois una mesa de más de tres personas... las comandas va saliendo poco a poco, repito, muy poco a poco y hay que tener mucha paciencia.
Asi que de primeras ve a conocer el lugar como la guardia civil, es decir de dos en dos... aahhhhh y reserva antes!



Comentarios

Entradas populares