BERTAS MOMENTS & BRAVAS X BURGOS
Las “patatas bravas” necesitarían tener un monumento si es que no lo tienen ya. Macido y dorado. Un homenaje por igualarnos a todos e insuflarnos felicidad en forma de pulgencia.
Y es que no hay, en mi opinión, una delicia gastronómica más tasquera y satisfactoria cuando están bien hechas, que unas sabrosas, suculentas y PICANTES (así en mayúsculas) patatas bravas. No obstante, no todo lo que se vende como patatas bravas puede mostrar con orgullo ese nombre.
Las bravas de este local son las reinas de la barra y su terraza sin duda, presentan unas bravas 100 × 100 naturales con una salsa casera que fabrican con mucho amor y mucho mimo.
Así que acércate a la barra más cercana o siéntate en la primera mesa que encuentres (a ser posible en la Casa Salamanca, je, je, je), espera la llegada de quien te vaya tomar nota de la comanda y pídete unas patatas bravas. Pero de bravas de verdad. No se arrepentirás.
*Dedicado a mis amigos de BRAVAS POR BURGOS, que me han pedido que les cuente donde se encuentran mis bravas favoritas.
Y es que no hay, en mi opinión, una delicia gastronómica más tasquera y satisfactoria cuando están bien hechas, que unas sabrosas, suculentas y PICANTES (así en mayúsculas) patatas bravas. No obstante, no todo lo que se vende como patatas bravas puede mostrar con orgullo ese nombre.
En Burgos hay muy buenos lugares para disfrutar de unas ricas bravas, quizá incluso Burgos es una ciudad experta en bravología... pero si tengo que elegir un lugar y mira que me cuesta pero la vida es así...si tuviera que quedarme solo con unas patatas bravas en Burgos, mis favoritas son las de La Casa Salamanca, que puedes encontrar en la Plaza Vadillos, una zona muy molona para tapear, llegar hasta aquí y no pedir bravas te aviso que es un delito!
Las bravas de este local son las reinas de la barra y su terraza sin duda, presentan unas bravas 100 × 100 naturales con una salsa casera que fabrican con mucho amor y mucho mimo.
Me flipan por la fritura de la patata casera cortadas en dados irregulares, tiernas por dentro y crujientes por fuera y nada grasientas.
Con una salsa (secreta, por supuesto) brava como dios manda, genuina y original, con un punto a pimienton que riegan generosamente todas y cada una de las patatas. Bien ligada, untuosa y en su punto perfecto de picante, que incita a volver a clavar el palillo una y otra vez en una nueva patata. Además la ración es bastante cumplidita y puedas pedir una doble de bravas para deleite de los braveros más exquisitos y prácticos!
De veras que las patatas bravas de la Casa Salamanca, son adictivas!
Para mí ir de bravas es lo más, creo que puedo andar de ruta de pinchos y pedir una y otra vez este vicio del que nunca me canso y sobrevivir a base de ellas.
Así que acércate a la barra más cercana o siéntate en la primera mesa que encuentres (a ser posible en la Casa Salamanca, je, je, je), espera la llegada de quien te vaya tomar nota de la comanda y pídete unas patatas bravas. Pero de bravas de verdad. No se arrepentirás.
Las bravas, un inamovible de nuestra gastronomía que debería salir en el diccionario junto a la palabra atemporal y también junto a la de felicidad, la quinta esencia de lo Spanish!
Mis bravas favoritas y mi careto...🤦🏼♀️
*Dedicado a mis amigos de BRAVAS POR BURGOS, que me han pedido que les cuente donde se encuentran mis bravas favoritas.
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