PAGO DE CARRAOVEJAS MUCHO MÁS QUE UNA BODEGA.

La Ribera del Duero es el paraíso de los vineroses una de las denominaciones de origen más conocidas de España, siempre a la gresca -cariñosa-  con la D.O Rioja (como con el Colacao y el Nesquik o la Pepsi y la Coca-Cola).
La D.O abarca un área en torno al Río Duero de unos 100 km de largo y 35 de ancho entre las se encuentran varias provincias como Soria, Valladolid, Segovia y Burgos (entre las que se encuentran mis favoritas).

En la parte más occidental de la ruta y entre los pueblos de Sardón de Duero, Quintanilla de Onésimo, Valbuena y Peñafiel vas a encontrar algunas de las bodegas más apetecibles y con más solera de España.
Si te pica el gusanillo... ¡visítalas! La mayoría permiten a los turistas y curiosos por el mundo del vino entrar a conocer sus instalaciones, aprender sobre el proceso de elaboración y producción del vino, realizar catas degustando sus deliciosos caldos, e incluso participar en la vendimia.

Y es que a fin de cuentas, la esencia del espíritu del ser humano está en las nuevas experiencias. El verdadero núcleo del espíritu vital de una persona es la pasión por la aventura. La alegría de vivir deriva del encuentro con nuevas experiencias y por lo tanto, no existe alegría más grande que tener un horizonte en constante cambio, de estar cada día bajo un sol nuevo y diferente!

Yo, lo tenia claro: quería conocer una bodega de esas de cabecera, que respeta siempre los ciclos de la naturaleza, que aúna tradición e innovación, made with love y en la que cada vino cuente un pedacito de los inicios y la historia de la bodega. 
Y me fui de cabeza a la finca de Pago de Carraovejas ubicada en un lugar privilegiado en la “Milla de oro del Vino” a tan solo 5 minutos de Peñafiel, un pequeño pueblo de Valladolid perfecto para recorrer andando que conserva todo su encanto y en donde destaca el famoso Castillo de Peñafiel, declarado monumento nacional en el siglo XX.



Pero es que además Pago de Carraovejas, es mucho más que una bodega... es un lugar que se asienta en un marco incomparable, con unas modernas instalaciones y una propuesta capaz de superar las expectativas más exigentes de los amantes del enoturismo -doy fe-.

El plan disfrutón para la escapada a esta bodega es sencillo, perfecto para relajarte y darte un homenaje (que a buen seguro te mereces) cualquier finde, solo necesitas un sábado y domingo, así de fácil.

Importante, eso si... reservar previamente en Pago de Carraovejas y luego todo es coser y cantar. Yo te recomiendo la Experiencia 6 sentidos: un road trip por la bodega, cata de dos vinos y comida en su espectacular restaurante AMBIVIUM donde la vas a gozar durante al menos unas cuatro horas.

Para acabar relajándote en un hotelito con mucho encanto, con spa y piscina exterior para el veranito que he fichado para ti.
Anota mi chivatazo para una escapada genial, sobre todo si eres amante del vino y la buena gastronomía!

Pago de Carraovejas me enamora desde el instante en que llego.Teníamos una visita guiada a las 10:30 de una soleada y deliciosa mañana. Allí nos estaba esperando Carmen con su amable sonrisa.



Desde la espectacular terraza/mirador rodeada de viñedos y ante una panorámica maravillosa, la experiencia
comienza de la mano de Carmen amena y resalá como ella sola, que nos cuenta como nace Pago de Carraovejas (una imponente bodega obra del arquitecto Fernando Zaparain construida al servicio del cultivo de las variedades tempranillo, Cabernet Sauvignon, y Merlot)... con toda clase de detalles, andanzas y anécdotas muy interesantes acerca de un inquieto Jose María Ruiz, propietario del archiconocido restaurante “José María” en Segovia y fundador de la bodega Pago de Carraovejas, quien allá por 1987 fue gestando la idea de servir vino de elaboración propia y consigue el primer vino de la Ribera del Duero con un 25% de Cabernet Sauvignon, una auténtica revolución enológica en un lugar donde la variedad tempranillo reinaba de forma casi absoluta.
Además de un sin fin de detalles....que no quiero desvelarte porque tienes que venir!

Entrando por primera vez en la bodega, nos sorprenden con una cata de un vino blanco Verdling Troken 2015, un vino seco con una alta acidez, gran frescura y toques vegetal propios de la uva verdejo, que maridamos con una crema de almendras, quisquilla escabechada y crujiente de fondo marino, sabores perfectos para saborear con este blanco.



José María Ruiz además, elabora vinos blancos en una bodega en Nieva provincia de Segovia, Ossian Vides y Vinos  de D.O Rueda. 
Esta bodega, adquirida por la familia en 2013, está asentada en unos excepcionales viñedos prefiloxericos de más de 100 años, en los que se cultiva la variedad de uva Verdejo de una forma totalmente ecológica, donde se elabora uno de los blancos de guarda de referencia en el mundo del vino.

La visita continua en la sala de depósitos de acero inoxidable, donde tras la vendimia y selección de las mejores uvas se realiza la fermentación alcohólica a baja temperatura y con levaduras propias de Pago de Carraovejas.
Al lado de esta sala, se encuentra otra sala de tinas de madera de roble francés y finalmente pasamos a la sala de crianza con 3000 barricas de roble francés y americano donde descansarán los mejores vinos.



En esta sala es donde se realiza la segunda cata de la visita, con un tinto Pago de Carraovejas de Autor 2016, suave, afrutado, joven y sabroso, para acompañar a un exquisito tartar de atún rojo con huevo frito!



Pero la cosa no acaba aquí.... te comentaba al principio del post que Pago de Carraovejas es mucho más que una bodega...pues bien, fruto de trabajo, pasión y superacióna por aunar tradición y vanguardia, la familia inaugura en 2017 integrado en la misma bodega el restaurante Ambivium.
Una pasada de restaurante con el que aunar así gastronomía y viticultura con un producto de máxima calidad y un servicio espectacular, mimo y amor por los detalle a raudales!



De nuevo aquí continúa el espectáculo... en este lugar coqueto, contemporáneo, luminoso y con personalidad totalmente integrado con el entorno y dispuesto a despertar todos los sentidos.
El aperitivo de bienvenida es toda una declaración de intenciones de el espectáculo de platos perfectamente maridados de la experiencia gastronómica que me esperaba!



Chute de sabores, matices y texturas perfectamente ensamblados con unos vinazos gestados en las viñas que rodean y protegen este apetecible restaurante, para quitar el sentido!






Así que para todos los winelovers, que me consta que sois muchos ya tenéis planazo para visitar esta pedazo bodega con una filosofía basada en la mejora continua, desarrollando con humildad todas las mejores ideas con una misión clara: obtener año tras año el mejor Pago de Carraovejas que la añada permita, con las mejores técnicas, el mayor respeto por el terruño, la vid y con un equipo joven pero sobradamente preparado, que se deja el corazón y la piel en la tierra.

Pago de Carraovejas... es una bodega en la que parafraseando a Carmen: no hacen vino de las nubes, hacen vino de la uva. Y créeme que es un vino genuino del terruño, un vino elegante, que se paladea y sabe a gloria bendita.🍷🍷🍷



*** Por cierto como te comentaba el principio... para redondear está perfecta experiencia de enoturismo en la Ribera del Duero, no dudes en alojarte a tan solo cinco minutos, en el Hotel Spa Convento de las Claras en Peñafiel.





 
Un lugar súper molóngui, un espacio exclusivo y confortable situado en el casco antiguo del pueblo, donde seguro encuentras espacio y tranquilidad para seguir disfrutando después de tu visita a Pago de Carraovejas.





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