MAR DEL NORTE. BURGOS

Ay, comilón moderno de la vida!
No seré yo quien se revele ante un buen ceviche, pero voy a dejar las cosas cristalinas: que la alcachofa no necesita kimchi o las albóndigas de nuestra madre puede prescindir de la trufa se sabe desde Cuenca a la Conchinchina. 
Yo que soy más carne de cocido, de producto sin adornos y de saborazo a tutiplén. Y sé que tú, en el fondo, tampoco eres inmune al sabor de un buen plato de los de toda la vida
Y es que la cocina más innovadora o la de fuera saca nuestros morros finos (y viajeros) de paseo siempre que puede, pero la gastronomía española, la de casa... nos saca hasta lo que no esta escrito.

Esto es lo que debieron pensar Jorge Gutiérrez y su pareja Diana Matamoros cuando decidieron crear Mar del Norte. El prometedor proyecto de una pareja que no deja ni un cabo suelto acercándonos un poquito más, grandes productos de la mar a la mesa, tradición y buen hacer, consiguiendo además alimentarnos el alma.

Como ya te adelanté hace unos días con un pequeño vídeo en primicia por ser vos quien sois, je je je... habemus nuevo restaurante en la Burgati!


Fue una pequeña primera toma de contacto para ver qué se cocía en  este gran restaurante... pero hoy tú y yo somos marineros, hoy vamos a arriar nuestro estómago en el Mar del Norte, vamos a navegar por los 7 mares, a reír y disfrutar por los cuatro costados.
Embarcamos?



Situado en la calle Santa Cruz ocupando un gran esquinazo se encuentra Mar del Norte, un amplísimo local con una decoración súper cuidada y monisima que derrocha tradición y buen hacer. 



Una amplia entrada con una barra para tomarse “un algo” al fondo, te da la bienvenida nada más acceder al local, pasando por un relajante y enorme vivero como si de una gran ventana al mar se tratara... llegas a uno de los atractivos comedores con varias mesas perfectamente dispuestas que cuenta además con una gran barra en forma de isla en el centro y unas poquitas mesas altas para un picoteo más informal.



Al fondo de la amplísima estancia se encuentra otro comedor más pequeño a modo de reservado un poco más independiente para comidas más personales, que es súper coqueto y relajante. 
Detalles alusivos en todo momento a la mar: una ambientación basada en lindos peces, enormes tentáculos inundando las paredes, grandes lámparas, detalles en forma de anclas...



Con una iluminación tenue, tranquila y perfecta donde a pesar de saber que estás sentado en un comedor con más personas, te otorga cierto grado de intimidad.

Mar del Norte es ante todo una marisquería que se mueve entre lo moderno y lo clásico apostando por la cocina de lonja, de marisco y pescado, aunque también hace un guiño a la tierriña con algunos platos de carne y sus arroces.

Y que se come aquí te estarás preguntando?... porque me disperso de mala manera!
Te cuento que tienes la opción de disfrutar de un menú degustación los días de diario que irá cambiando cada mes,  por cierto aún no lo he probado pero tiene pintaza y me han comentado (de muy buena tinta) que está fenomenal: incluye un aperitivo para abrir boca, dos entrantes y un plato principal, con postre, café, vino y hasta chupito, no digo más!
En la carta puedes encontrar los clásicos platos del recetario más tradicional de la mar, el abanico es grandioso: entrantes, pescados, parrilladas, calderetas, mariscadas, y por supuesto los arroces, sin olvidarse de hacer un guiño a las carnes (tranquilos los viciosos de la carne, je, je, je).


Como siempre te cuento mi experiencia con platos y señales y a gozar!

Para los amantes de esta manjar, extraordinario el pulpo a la gallega en su punto perfecto de cocción, sal, pimentón y aceite de oliva virgen extra, parece sencillo y aquí lo bordan. 
Y es que cuando la cosa empieza tan bien, es que promete...



En las sabrosisimas almejas a la marinera te vas a encontrar sobre todo buen producto. Vienen con una salsita muy bien trabada de esas para mojar pan y no parar!



Continuamos con unos chipirones fritos con pimientos del padrón que he de confesar me gustaron mucho más que la primera vez que los probé. Crujientitos por fuera y mucho más tiernos, sabrosos y con saborazo.



Otro de los must de la carta son las navajas a la plancha, un clásico que no podía faltar en este gran repertorio... frescas, lozanas, jugosas y divinas, para rechuparse los dedos. Un festival que va entrando por partes en la boca a medida que empujas el contenido de la concha: orgasmico, oigan!



Con los berberechos al vapor no hubo tanta suerte, una pena porque me rechiflan pero tenían mucha arena, así que no pude degustarlos en condiciones. Tendré que volverlo a intentarlo, snif, snif.



Ahora bien, resérvate para disfrutar en mi opinión el plato estrella del momento, “”redoble de tambores”” el magnífico arroz con carabineros, mi favorito sin duda.



Brutal en todos los sentidos desde el perfecto punto del arroz ni seco ni muy caldoso, el saborazo marino del carabinero, hasta la ración... ojito porque la foto que ves es para dos personas! 

Para que te hagas idea de las cantidades de las raciones y calcules lo mejor posible aunque esto tampoco es una ciencia exacta (también depende de la capacidad de tu estómago y el de tu compañía) todos los platos que ves eran para compartir entre cuatro personas y te puedo asegurar que ni postre fuimos capaces de tomar, salimos rodando!

Para maridar estas ricas viandas, tienen una amplia bodega con una veintena de referencias entre los que destacan selectos Albariños, Verdejos, Ribeiros, Riberas y Riojas de distintas añadas y por supuesto nos faltan los cavas y los champanes.
En la carta de vinos si echo en falta más variedad, alguna bodega más especial e incluso alguna referencia extrajera.

Yo probé un albariño de Fefiñanes, súper rico con ciertos toques a frutas frescas, manzana, pera y un punto a limón, en nariz finas notas florales. Sabroso y fresco por su punto de acidez y perfecto para este gran homenaje de productos divinos del Mar.



Ahora ya puedo confesar que este Mar del Norte me ha gustado mucho, por su cocina sencilla pero sorprendente en el que el producto se siente fresco y es el claro protagonista, porque esta todo súper rico, se respira un ambiente agradable y porque además son muy amables. 
Una zona que promete ser un punto imprescindible muy foodie para todos los disfrutones.

*Posdata: si tienes pensado pasarte por aquí (momento que te recomiendes) con tu enamorad@ o con tu grupo de amiguetes, podéis reuniros antes a tomar un chismin justo al lado de Mar del Norte en una pequeña bodega, sencilla, auténtica, de esas de parroquianos que me chiflan: La Plazuela Pite, donde Bruno os recibirá de mil amores (ojo a su pincho de bonito... riquísimo!).😉

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