Crónica de una trufa anunciada.

Interesante, agradable, curiosa, original y sobre todo sabrosa, muy sabrosa, así fue la noche de ayer en El Huerto de Roque, una velada única e imprescindible para los amantes de la trufa.

Noche de jueves, V Menú de la Trufa Maridado, que cuenta en esta ocasión con la presencia de Rodrigo y Gonzalo, dos expertos recolectores truferos que nos explican las bondades y lindezas de los diferentes tipos de trufa. Toño sumiller de El Huerto de Roque, nos descubre con la amabilidad y profesionalidad que le caracteriza, plato a plato, siendo además el artífice del maridaje. 



Una maravilla de cena donde triunfa el producto, al que consigue darle siempre sentido Raul Sedano gracias al espectacular trato en cocina, a las originales propuestas y a sus divertidos emplatados.
La noche prometía y desde luego no defraudó a ninguno de los allí presentes, flipé con varios platos gracias a una materia prima inmejorable y combinaciones de sabores sorprendentes. Aluciné con lo que catamos y maridamos.

Tras las explicaciones de rigor por parte de nuestros maestros ceremonias, comenzamos con un rico encurtido en forma de pimiento rojo típico italiano con un toque picante, relleno de un queso de Trujillo con una base de aceite de oliva AOVE emulsionado con trufa, aceituna rellena de gelatina de vermut y una chispa de caballa ahumada, maridado con un fresco vermut gallego de sidra, Rox Mut. Muy buena combinación de sabores, aunque en mi opinión aquí la trufa brilló por su ausencia.



Habitas salteadas con angulas del delta del Ebro y trufa rallada, el acompañamiento líquido viene de Francia de la mano de un Brut Rosé, que aunque parezca un champán no lo es, pero esta súper y la pequeña burbuja resulta muy agradable al paladar.





A  partir de este plato comienzo a notar la intensidad del aroma de la trufa (que va embriagando incluso el ambiente) que junto a la fina burbuja, la acidez y el toque afrutado de este vino, marida a la perfección con las tiernas habitas y el sabor de las angulas.
El conjunto: ligero, equilibrado y rico.

Continuamos con una base de crema de “falsa”alcachofa, un tubérculo muy divertido llamado helihanti con cierto sabor metálico que recuerda a la alcachofa. 
Encima de la crema una alcachofa (esta si es de verdad) de temporada, fresca y en tempura, unas delicadas perlitas hechas con trufa, una pizca de brote de pipa de girasol, trocitos anguila ahumada y por supuesto una buena porción de trufa de cultivo rallada.



Seguimos de viaje por el mundo y para maridar este plato llegamos a Jerez con una manzanilla, pero además Toño (que es todo un apasionado de este tipo de vino) nos cuenta que a hecho una pequeña trampa con este vino ya que durante unos días lo ha dejado macerando con láminas de trufa para posteriormente filtrar la manzanilla... oleeee Toño, que creativo!

La mezcla de sabores entre los ingredientes del plato y la manzanilla me parece muy original, intensa y divertida, nunca se me hubiera ocurrido este maridaje tan explosivo. Además este tipo de vinos mas secos, con un punto salino y acidez brutal te ayudan a salivar arrastrando todos estos sabores en la boca. Pura fusión, me gustó muchísimo.
Y la manzanilla con ese toque atrufado... la bomba!



Uno de los platos por antonomasia al que le encaja de maravilla la trufa es el Risotto, pero para esta ocasión nuestra Risotto es extra trufado, con unas suculentas láminas de trufa, coronado por un alioli negro y un arroz típico italiano para estos menesteres, el carnaroli (oh my good, lo que aprendo:), una elaboración de matrícula.



Si no se te iluminan las papilas gustativas al ver en la foto este gustoso y sabroso Risotto es que no eres de este mundo y ya ni te cuento el sabroso aroma a trufa y la melosidad del arroz lleno de sabor, brutal.

Nos vamos con un sabroso tinto para casar este plato, Toño nos propone un vino francés Côtes du Rhône (Colinas del Rodano) por su variedad de uvas: Garnacha y Syrah. Un vino ácido, fresco pero muy sutil para equilibrar el sabor y el aroma del suculento plato a degustar cargado de aroma a trufa.
 Otro de mis favoritos de la noche.



El último tinto de la noche cuenta con un soberbio panel aromático para acompañar a un lomo de vaca frisona (una raza vacuna procedente de la zona de Alemania o los Países Bajos, que destaca por su alta producción de leche, carne y su buena adaptabilidad) marcada en el Kamado (un horno ahumador que se utiliza sobre todo en la cocina japonesa, lo que hace es ahumar la carne potenciando el sabor a brasa, vamos, como las chuletillas del pueblo... no me digas que no aprendes cositas) acompañado de un cremoso de patata con un aroma algo menos intenso a trufa y tuétano horneado. 
La carne es su punto perfecto, pero la pena que saliera un poco fría... tanto charlar, je, je, je...





Lo que te comentaba, el vino tinto nuevamente francés Chateau D’Arlay, la manera de elaborar los vinos de esta bodega es haciendo un Coupage de añadas, es decir, mezclando diferentes vinos de varias añadas, utilizando un poco del 2007, 2004 y un poco más del 2011. Aromas a cuero, bosque...un recuerdo quizá a Brandy.

A mi este último no me termina de convencer, pero porque personalmente me gustan los vinos más afrutados, más de crianza.



Como buena foodie, siempre dejo un hueco en el estomago para el postre (en este punto ni me acuerdo del Gym😬). He leído que se llama Trufa enterrada y mi curiosidad por saber en que consiste y las ganas de saborearlo no pueden más.



Toño nos explica que esta maravilla de postre tiene un fondo de cremoso de mascarpone, trufa de chocolate con un gran sabor a cacao, helado de trufa y unos toquecitos más herbáceos a pino y romero, pero por si esto no fuera suficiente se añade además, chocolate caliente por encima (adiós reto Gym Ñam, está claro quién gana hoy). 
Un plato encantador y memorable que acompañamos de un ron con miel trufada, lo que aporta un sabor y aroma bárbaro.
Espectacular!



Una velada deliciosa en todos los aspectos, me lo pasé pipa, cené de lujo y además conocí gente muy interesante y encantadora, muchas gracias chicos por vuestra amabilidad,




Si vas a comer el menú del día, aciertas, si cenas su menú degustación, triunfas, si te da por tomarte unas tapas en su gastro bar cualquier día, te sorprende y si te coincide alguna cena especial de las que suelen organizar los jueves lo vas a flipar.

Acercarse a El Huerto de Roque siempre merce la pena, ya sea por el buen rollo que se respira, por sus sorprendentes y deliciosos platos, por la acogedora decoración tan retro con ese rollito vintage tan molona y alegre, sin olvidar por supuesto el trato amable por parte de todo el equipo. Yo, no puedo pedir más.




Por cierto, no hace falta que esperes al año que viene para volver a disfrutar de el menú de la trufa, porque Raúl habitualmente utiliza este ingrediente que tanto aprecia en muchos de sus platos durante el resto del año.














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