FINCA SANTA ROSALÍA. VIZMALO.

Lo confieso, soy reincidente, pero además una reincidente declarada y es que lo de reincidir y disfrutar nuevamente en los sitios que me flipan, me pone mucho y además luego voy y te lo cuento, reincidiendo de nuevo.
Así que, sacando tiempo a veces de no se donde, te recomiendo una escapadita de medio día... porque ya lo he dicho en más de una ocasión creo que vivimos rápido, disfrutamos rápido, comemos rápido. Saludamos al lunes con un adiós y llegamos al viernes cuatro páginas más tarde para despedir el ansiado fin de semana (en mi caso consta además de solo un día) rapidísimo y vuelta a empezar. 

Convertimos los días en meros trámites, como si la vida no fuera esto que estamos viviendo hoy. Como si la vida fuese aquello que nos va a tocar vivir algún día, al final de nuestras obligaciones, objetivos y tareas. Como si vivir fuese aquello que pasa justo después de la lista interminable de cosas por hacer y no en el absoluto presente que estamos dejando constantemente atrás, así que toma nota y disfruta de los pequeños momentos libres de los que dispongas, incluso haciendo un Tetris para poder sacar instantes para ti y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, móntate un plan...

Como ya te conté en un post anterior y si eres de los que me sigue con asiduidad incluso llegaste a verlo en el canal 8 de Burgos, sabrás que soy una enamorada de la carne de wagyu y por lo tanto de la espectacular Finca Santa Rosalía, situada en Vizmalo, al ladito de Burgos.



Así que no tienes excusa, agarra el teléfono, reserva y teletransportarte a unos pocos minutos de Burgos para poder disfrutar de esta maravilla de finca y de sus productos que son para quitarse el sombrero, ya me lo agradecerás!
Y es que si no te quieres tú, dime, dime quién te va a querer, jur, jur!



La Finca Santa Rosalía es un lugar al que siempre tengo ganas de volver, será porque me parece un lugar en plena naturaleza como muy sano, quizá porque me resulta una finca sostenible curiosa por la crianza de los animales de raza wagyu y que cuenta con infinidad de productos que ellos mismos elaboran allí mismo: frutas y verduras de temporada cultivadas en su huerto, vinos de agricultura ecológica...







Quizá es un compendio de varias cosas que me atraen hasta aquí, porque que duda cabe que además de todo lo anterior, me flipa su gastronomía gourmet y la delicia de comedor donde disfrutar de las sabrosas viandas y sus vinos.



El lugar es perfecto para cualquier celebración o incluso boda... como novedades he de contarte que cuentan con comedor nuevo como para unas 80 personas recién estrenado y además próximamente incorporarán nuevos platos en la carta.



Desde luego si me volvíera a casar sin duda me casaba aquí, en la Finca Santa Rosalía... de momento reservaré para otro compromiso familiar a menor escala, je, je, je!

Invoca a tus papilas gustativas, que esto promete...

En esta ocasión, te cuento que fuimos dos personas humanas para comer (para que calcules cantidades) y los menús a compartir con los que disfrutamos fueron el Menú Paleolítico y el Menú Santa Rosalía.
Llenazo total, el estómago a reventar casi ni sitio para el postre, pero es que estaba todo tan rico...que mereció la pena.

Aperitivo de bienvenida a base de conos de tomate deshidratado de la huerta relleno de perdiz escabechada, original y sabrosa mezcla aunque el sabor del tomate es inapreciable.



Taco de lengua bearnesa, que para lo tiquismiquis que soy yo con esto de la casqueria, he de decir que me sorprendió su jugosa textura y su fino sabor, muy bien condimentada, por cierto.



Crema de hongos, con huevo a baja temperaturacecina y picatostes, toda una explosión de aroma que recibes al abrir la tapa del recipiente de cristal del emplatado y es que no solo se come por la boca.
Un plato con sabor intenso y muy agradables en boca las diferentes texturas, suavidad en el paladar.



Las fotos que ves, son los platos de ambos menús que al compartir, pueden aparecer de dos en dos y mezclados, pero te los voy contando uno a uno.

Aquí tenemos las gyozas de perdiz con naranja agridulce y el revuelto de huevos de perdiz con setas y hongos.
Mención especial para la untuosidad exquisita del revuelto, que aunque de la impresión que no es un plato de los más elaborados, me parece de matrícula el servir los huevos en su punto perfecto de cocción, ole por ese revuelto... con un par, sí señor, Javier!!!



Continuamos con los entrantes, como ves las raciones no parecen grandes para dos, pero al ser tantos platos ya te digo yo que son más que suficiente, en este punto casi ya no podíamos más...

Ensalada de perdiz escabechada, raviolis de rabo de wagyu y otra mención especial con lágrimas en los ojos de la emoción al degustar la espectacular lágrima de wagyu cocinada a baja temperatura a 10 horas, con una cama de puré de hinojo.
Como se nota que estos animales están criados con un mimo y un cariño inigualable que se transmite en el sabor de la carne, está en concreto perfecta, suave, fina, jugosa y sabrosa, un bocado lleno de sabor, de mis favoritos de la velada.




Que tal unos callos de wagyu con garbanzos para desengrasar? 
Me flipa este plato y he de confesar que los callos me resultaron menos fuertes y grasos pero a la vez súper sabrosos, únicamente los garbanzos a mi me gustan más “al dentes”, pero esto ya es una opinión personal. Por lo demás un clásico sabroso, pero nada sorprendente.



La ronda de entrantes concluye con un arroz con chuleta de wagyu. Un plato súper rico, muy top y de mis favoritos de esta opulenta comida. El arroz en su punto de cocción y con muuucho sabor, además por la chispa que le aporta la salsa alioli.
¡Riquísimo!



La presa ibérica de wagyu a la parrilla, acompañada y aderezada con productos de la huerta ecológica de la finca, es el plato principal!
En este momento creo que se me salen los wagyus por  los ojos del llenazo que tengo, pero un último esfuerzo bien merece la pena.

* El vino tinto ecológico, por supuesto Garmendia, envejecido 16 meses en barrica!



Y quien deja un hueco para el postre? Pues la golosa de turno 🙋🏼‍♀️🙋🏼‍♀️🙋🏼‍♀️ es que como para perdérselos...
Piña colada 🍍 original presentación y sugerente sabores y texturas, muy refrescante.



Torrija con sopa de chocolate blanco, fascinante y muy rico, aunque no me lo pude terminar, una pena.



Y así concluye mi visita gastronómica a la Finca Santa Rosalía, todo un gusto volver a disfrutar de momentos tan agradables en este lugar.



Javi, muchas gracias por tu tiempo, tu cariño y por supuesto por hacernos gozar con platos tan bien elaborados y con ese productos bárbaro.
Y por supuesto muchísimas gracias a todo el gran equipo que formáis Santa Rosalía por vuestro exquisito trato y amabilidad !







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