CUBA. Día 1. INOLVIDABLE

En estos últimos meses la de vídeos e información que he ido recopilando para mi viaje a Cuba... ainsss que momentos delante de mi ordenador respanchingada en el sofá, incluido movil y hasta iPad en mano.
Una mezcla de emociones que van desde la alegría desbordante porque me iba una semanita a Cuba hasta la angustia y esos nervios míos al no saber cómo estirar el tiempo para ver todo lo que quería y el temido viaje en avión.    
Ahora, que solamente ha pasado una semana, veo fotos, vídeos, voy pasando de una otra, las selecciono, mi memoria se activa y vienen los recuerdos, los momentos, los olores, los sonidos, las voces y ya lo echo de menos. Cuánto me ha gustado Cuba, más de lo que imaginé en ningún momento y qué difícil definirlo con la mente, con las palabras, con la razón, pero qué fácil entiende el corazón.
Viajar a Cuba te rompe los esquemas. Cualquier idea preconcebida, cualquier discusión anterior de política, cualquier imagen que hayas visto, cualquier película, foto. Si le dejas, Cuba te sacude por dentro, te impacta de los pies a la cabeza, cambia tú energía y hasta tus ganas de vivir!

No hay guía de Cuba qué leas, ni libro, ni documental que puedas ver que te preparé para la experiencia que significa viajar a La Habana. No se parece a ningún país que haya visitado antes y hasta las reglas del viaje aunque estables, pueden cambiar en cualquier momento. Porque en Cuba todo tiene otro sabor, otro color.   Por eso, no importa cuanto te cuente aquí de lo que yo he vivido.

Puede que te sirva, si, en alguna ocasión, porque Cuba te va a dar la vuelta de arriba a abajo.
No importa que te aprendas a cuánto está el cambio, como moverte, como salir de ese mundo paralelo que Cuba ha construido para turistas, no importa que te explique donde comer, donde bailar, o porque calles pasear.    
Cuba impresiona, sorprende, Cuba choca y si la dejas, Cuba enamora...
Superada con “nota” la fase del avión gracias a una pequeña ayuda (gracias p.p), de un par de pelis y alguna serie entre pecho y espalda...

Lo primero que sentirás cuando pongas un pie en el aeropuerto de La Habana... tachan:  es más que calor, aire cálido, una humedad del 200% así que olvídate de llevar el pelo como una tabla porque se va convertir en la peluca de la duquesa De Alba. 

Verás coches que no has visto ni en las películas, palmeras, música de fondo y la sensación de  haberte montado en una máquina del tiempo a la España de los años 70.
Ahora así que bienvenido a La Habana!    
Al contratar el viaje con una agencia, nos vinieron a recoger al aeropuerto para trasladarnos directamente al hotel, me parece la manera más cómoda y práctica para la primera toma de contacto con el pais.
También puedes hacerlo a tú bola utilizando taxi o autobús y alojándote en casas particulares, seguro que es una gran experiencia y seguro que “mucho más inolvidable”, pero yo ya tengo una edad, je, je, je...

De camino al Hotel Nacional, llevamos los ojos bien pegados al cristal y flipando en colores con lo que veíamos en el trayecto, las calles, los edificios, la gente... uahhhh estábamos ya en CUBAAAAA!
Dejamos el hotel raudos y veloces porque teníamos reserva para cenar y en La Habana no hay que perder un minuto porque no se recupera, así que en taxi llegamos a F.A.C también conocida como la Fábrica de Arte Cubano.


Un espacio multidisciplinario y participativo que apoya promoviendo la obra de jóvenes creadores, arte, cine, literatura, fotografía, moda... donde siempre puedes encontrar exposiciónes, conciertos (jazz, hip hop, rock, música alternativa), espectáculos de teatro y danza...
¡Altamente Recomendable! 

... Así como su restaurante Tierraarte culinario, un original restaurante plenamente integrado en la actividad del complejo cultural.
   
 


Puedes degustar su cocina tanto en el comedor interior como en el de fuera, ambos con una decoración muy agradable, con pequeños detalles cuquis, pero sobre todo con una cocina de estilo creativo y joven hecha con pasión, que toma los productos de Cuba como referencia para sus interpretaciones. 



 Sin olvidarme de él servicio súper amable y profesional, que nos trataron en todo momento con mucho cariño y mantuvimos una charla muy agradable con parte del equipo y con su chef Yasamani Aráguez, gracias chicos por vuestro tiempo y atenciones!

Su terraza, bajo la gran chimenea (antiguamente era una fábrica de aceite) con su puntito decadente y su rollo romántico, es perfecta para tomarte un vino o uno de sus cócteles experimentales y quedarte en un estado de reposo cercano al ensimismamiento. A Disfrutar!

La Fábrica, un lugar interesante y encantador que me ha cautivado y sorprendido por su singularidad, desde luego si vienes a La Habana no te puedes perder una de las propuestas nocturnas más atractivas y vanguardistas de la ciudad y el motor de la vida cultural en la zona de El Vedado.

la semana, unas 4.000 personas, en su mayoría jóvenes, pasan por este lugar de espíritu berlinés “acubanao” ...



Recuerda: de jueves a domingo, en horario de ocho de la tarde a cuatro de la mañana.

                   
 

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