ASADOR LAS BRASAS.BURGOS.

Si sois vegetarianos, por favor, ahora mirar hacia otro lado o aparcarlo un rato. Los amantes de la carne, por favor, seguid leyendo porque lo que estáis a punto de ver, deleitará a vuestras papilas gustativas y despertará a vuestro carnívoro interior.
Babear, es opcional y es que os confieso que "a veces" solo de carne vive mi cuerpo!!!

Hoy os quiero recomendar a bombo y platillo el restaurante Las Brasas, un asador con personalidad propia que podéis encontrado en una zona céntrica pero un pelin alejado del tumulto del centro que a veces tanto se agradece, Calzadas 10, es donde os quiero llevar...


Conocido desde hace tiempo en la capital por sus suculentas carnes, pescado a la brasa y por su variada carta, con productos siempre de temporada y jornadas durante todo el año muy interesantes.
Su fachada no le hace justicia a todas las sorpresas que te puedes encontrar una vez cruzas su puerta...


El local es acogedor a la par que sencillo, con una buena cocina, raciones más que generosas y una atención estupenda.


Quieres saber más? Sigue leyendo.⬇️⬇️⬇️

Afortunadamente cada vez más personas nos sumamos al slowfood, una filosofía de vida y de comida basada en "no tengas prisa, las cosas buenas llevan su tiempo", lo antagónico al fastfood.... Asi que con tranquilidad y un buen vino, ante el antojo de disfrutar de un buen chuletón sin mucha más pretensión comenzamos el festival con un refrescante (el día lo pedía a gritos) salmorejo de fresas gentileza de la casa, con un sabor magnífico del que me hubiese tomado un cancarrio sin despeinarme, realmente adictivo.


Como prolegómeno al plato principal, disfrutamos de un insuperable Revuelto de cecina con setas de temporada y foie un bocado santo y seña de la casa, lleno de sabor, donde abundaba de todo menos casi huevo, como veis una ración más que generosa sobre todo para dos.


Me pareció un acierto la cecina "cocida" la cual aportaba el punto saladito al plato y a la que una servidora os confieso, estoy enganchada y desde luego los tomates cherry "desengrasaban" los ingredientes tan contundentes del revuelto con su frescor y sabor.

Maridando el asunto un tinto de esos con los que aciertas normalmente un Cillar de Silos crianza, sedoso y con cierto matices en boca a especias dulces y café oscuro, sutiles toques a vainilla y frutos rojos.


Los momentos se sucedían en buena compañía de lo más agradable pero, sin duda la atracción estrella de Las Brasas estaba aún por llegar....
Con sus famosos chuletónes, suculentos, de la mejor carne, lentamente asados sobre las brasas hasta que quedan tan jugosos y tiernos que se deshagan en tu boca.....en el punto exacto que más te guste.
Preparados para el asalto....


 La presentación es perfecta la carne servida sobre una parrilla calentada por unas buenas "brasas" para poder pasarla más si ese es tu deseo (dedicado a mi amiga Silvia) y el sabor divino, el chuleton sedoso y tierno, hecho en su punto, servido con una generosa pizca de sal gruesa ... Como acompañamiento patatas fritas caseras, aunque un poquito duras.


Me gusta la carne y aún más la carne de buena calidad, esa que da gusto comerse en su punto y disfruté debo confesar, desde el primer al último bocado. 
No se os hace la boca agua???


A falta de una copita de vino ya que nos quedaba una chispina de chuletón para terminar la fantástica comida que nos estaba quedando de película, muy amable y como buen profesional (que demostró que era en todo momento) el  propietario sin dudarlo nos abrió un vino para disfrutar los ultimos momentos.

TIONIO, el cual no conocíamos y fue todo un gran descubrimiento, un vino puro, complejo e intenso, que sin duda volveré a pedir. Así que el vino cumplió su papel dignamente: complementó al chuletón y puso ese punto refrescante y algo tánico a la mediodía. 🔝
Me rechifló.


Con el buen rollo que allí reinaba y tras una charla animada que si vinos por aquí.... que si gastronomía por allá, el dueño nos enseñó los maravillosos vinos que tiene, joyas que si tenéis ocasión de venir, consultad con él porque os recomendara un excelente vino sin duda.
Terminamos armonizando este último vino con un quesazo junto a un membrillo siempre fieles a su producto casero con el que el propietario nos deleitó de postre, otro "gran detalle" para una traca final que ni en las fallas de Valencia.


Estos momentos son los que dejan huella en el corazón... y en el flotador de la cintura, porque llevo ya unos tres días sin bajarme de la "Mountain bike" intentando quemar las calorías que ingerí en Las Brasa. Dejan huella porque en estos tiempos, estamos necesitados de juntarnos con gente interesante, charlar y disfrutar de una gran comida.


Dimos en la diana, brindamos por este lugar y salimos encantados.
Os animáis a daros un buen festín???🤘🏻🔝🍷



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