BLUE GALLERY. BURGOS.

Nada dura para siempre: así que vívelo, bébetelo, ríete de ello, evita las estupideces sin sentido. Corre riesgos y nunca te arrepientas porque, en algún momento, todo lo que hiciste era exactamente lo que querías. 

Con esta premisa, hoy quiero contarte mi última escapada a un local de esos en los que comer bien y rico, sin mas faralaes. Hoy quiero presentarte por fin, BLUE GALLERY, un restaurante sin medias tintas y sin vueltas de tuerca en el que disfrutar con una propuesta original, divertida y lo más importante deliciosa (del tipo de “cierro los ojos de gustete”). Un restaurante de esos, que me dispara al corazón. 

Así que...querido, convoca a tus papilas gustativas porque tienes una cita con un festín de sabores. Los remordimientos de conciencia no están invitados, ni se los espera:) 
 Te pongo en contexto, vamos allá!!! 

Blue Gallery, es el sueño hecho realidad de un apasionado, autodidacta e inquieto Saúl Gómez, que decidió emprender su carrera en solitario allá por el año 2006, en un pequeño bar de barrio, en el Paseo comuneros de Castilla 19, consolidándose años después y siendo pionero en las “terrazas de invierno” de Burgos.  Blue Gallery evolucionó gracias a un nuevo espacio acristalado (con forma de cubo) con unas pocas mesas como comedor, para deleite de sus clientes. 

En Blue Gallery la tradición no tiene clemencia con los platos de vanguardia que practica Saúl, este genio, que llega a desatar toda una tormenta de sabores capaces de sorprender al paladar más labrado gracias a una cocina que hermana acidez, contrastes con bases asiaticas y tradición, sin olvidarse del producto que le proporciona la tierrina y en las que manda el mercado.

Una vez acomodada en mi silla y tras la cálida bienvenida de Saúl, observo un comedor sencillo, con una decoración modernita que transmite calidez, con algún pequeño detalle decorativo aunque quizá demasiado parco de ornamento.

                   

¿Y como es la carta de Blue Gallery? La propuesta de Saúl se apoya en productos sobresalientes, frescos y estacionales. Cuenta con un menú business, un menú gustación y otro de degustación japonesa, así que realmente no tiene carta...pero siempre sorprende con sus originales propuestas y su producto fetén.

Comienzo la grata experiencia con un tinto francés de la Bourgogne (para variar), aconsejados en todo momento por Saúl.
Manuel Olivier, sedoso y fino de sabor, pero en mi opinión con poco cuerpo y poco potente, quizá estoy acostumbrada a sabores mas contundentes de nuestra tierra como los Riberas.

  

* El festín gastronómico da lugar con una sabrosa infusión“reconstituyente”,  elaborada con pescados azules y con un fondo de miso blanco y jengibre...(burrata??) entre otros muchos secretos.

          Una maravilla de olores y sabores, con una textura original e inolvidable sin duda.

     

     * Aún recuerdo este plato brutal de pulpo a la brasa, con crema de wasabi y helado de remolacha.

Un acertado contraste de sabores, olores a rica brasa, colores y texturas con un puntazo de atrevimiento que me rechifló, de mis favoritos de la noche.

                                            

        * Chilli crab, un plato mítico del sudeste asiático, originario de Singapur, que se prepara con un cangrejo de concha blanda en tempura (para que no le dejes ni las raspas), quizá fue el plato que menos me sorprendió porque ya lo había probado antes, pero no por ello menos rico. 

                   

Delicioso guiso de tomate, chiles y mil tipos de especias distintas, con ese ligero toque picante mezclado con concierto dulzor que estaba muy rico, de toma pan y moja!!!                

* Champiñón al horno con una reducción de seta cantarela relleno de una fermentación de ajo negro.

Otro de esos pequeños grandes bocados que tanto me flipan... ahhhh que ganas de haberme comido media docena más, de esta exquisitez tan resultona como divertida.
 Otro de mis platos favoritos de la velada por su fusión de sabores tan sublime, con ese relleno de mahonesa de ajo en su punto, un bocado muy jugoso con un guiso de fondo maravilloso.                 

* Morrito a la brasa. Hecho a baja temperatura unas diez horas a la brasa, acompañado de una crema de coliflor y su pico de gallo (plato típico de Mejico a base de cebolla, tomate...).

Un plato capaz de dejarte el paladar patas arriba, trato inmejorable a dos productos que subían un escalón más gracias al potente sabor y al contraste entre los mismos... se colaba el punto crujiente del morro y otro más fresquito e incluso cítrico del acompañamiento vegetal, de la mano del pico de gallo (para desengrasar un poco el bocado). Sútil el sabor de la chispa de coliflor. 
                                  
    * El Guiso de cordero con manzana y olivo, remata la parte salada de este menú de altura. 

La carne tierna y jugosa, con una salsa bien trabada muy rica, que junto a el toque de la manzana combina de maravilla y es un acierto seguro. Un plato clásico, menos sorprendente.   

Y para terminar... POST-TRA-ZOS!!! Su macedonia en texturas, con su sopa... que es una maravilla, frescor en la boca, aromático con sabor dulce y ácido por doquier.

Pero lo que personalmente me parece una dulce locura fué este postre espectacular, donde lo que parece canela en rama tiene sabor a canela, pero la textura es como de barquillo. 

Esponjoso, refrescante, aún puedo sentir su locura de sabores y texturas en mis papilas, pura lujurria e inenarrable!!!

Este restaurante tiene un algo especial que definitivamente me gusta, además de su amable trato en sala... Una extraña mezcla entre la pena que da despedirse de algunos platos, con la curiosodad e inquietud de los que te puedes encontar en la próxima visita. 

Pero lo realmente valioso es que Blue Gallery es mucho más que un espacio gastronómico. Es la inexorable y firme declaración de intenciones de alguien que definitivamente se ha emancipado para poder alcanzar todo aquello que un día soñó y que hasta la fecha ha buscado a base del sacrificadado esfuerzo que siempre conlleva la hostelería.

Un sentir que se aprecia en sus propuestas elegantes y sabrosas tán sorprendente como poco habituales. Todo un imprescindible para los amantes de la cocina creativa e innovadorra, para los burgaleses, como para los de fuera.

No le pierdas la pista y anímate a descubrirte este lugar.

Gracias Saúl por tú amabilidad y lo bien que cenamos en tú casa, hasta la próxima!!!